Salí de la academia en el ámbito científico y más o menos así fue mi bienvenida al mundo empresarial.
¡𝗡𝗼 𝗲𝗻𝘁𝗲𝗻𝗱𝗶́𝗮 𝗻𝗮𝗱𝗮! Y me costaba trabajo darme a entender.
Me tocó presenciar conversaciones como esta entre el Project Manager o el área de MKT con la parte de ingeniería de productos de innovación, en las que se pregunta una cosa y se responde otra por no conocer o entender las necesidades y el lenguaje de la contraparte.
Y al final se trataba de:
– Problemas diferentes
– Necesidades diferentes
– Lenguajes diferentes
– ¡P𝗲𝗿𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗿𝗲𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗮 𝗹𝗮 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗮 𝗰𝗼𝘀𝗮!
Evidentemente, terminando esas reuniones no se llegaba a nada concreto y ambas partes quedaban frustradas.
Te platico cómo he resuelto esto:
– Me esfuerzo en aprender el lenguaje del otro
– Me involucro en las preocupaciones del otro
– Me aseguro de entender sus necesidades
– Pregunto y escucho
– Pregunto y escucho
– Pregunto y escucho (no me equivoqué al repetirlo) y después
– Me ocupo de simplificar lo que digo para que el mensaje llegue a buen puerto
¿Suena fácil?
No lo es tanto, pero es cosa de práctica, ya que los tiros de tecnicismos y modismos te llegan desde distintos flancos… pero sí se puede. .
Así fue como me di cuenta que 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗺𝗲𝗱𝗶𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗺𝘂𝗻𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗳𝗮𝗰𝗶𝗹𝗶𝘁𝗮𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗮𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗼𝘀 entre la comunidad científica, la comunidad empresarial y la comunidad gubernamental.
Cuéntame, ¿has estado en una conversación así?